Advertencia: Lemon
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Al día siguiente,
Yunho observaba a Jaejoong
cuando su cordero experimentalmente olfateaba una de las velas de incienso. Su
pareja dejó escapar un gemido de satisfacción.
—Mmm, esto huele
muy bien. —Giró sus ojos suplicantes a Yunho.— ¿Podemos conseguir esta,
también?
Yunho echó un
vistazo al precio y reprimió una mueca de dolor. Para una vela perfumada, la
cosa era muy cara. Pero, ¿cómo podía resistir esos ojos negros? Y lo más
importante, quería proporcionar cualquier cosa que Jaejoong quisiera y
necesitara. Algo dentro de él le dijo eso. Su lobo anhelaba cuidar de Jaejoong,
para dar al cordero todo lo que había perdido en la vida.
Era sorprendente que
su pareja sólo acabara de descubrir las velas de incienso. Entonces, allá en Junlao,
la vida se había centrado en el cuidado de los corderos más jóvenes y más en la
prevención de los ataques de los lobos. Yunho no podía evitar sentirse un poco
culpable por eso, aunque sabía que era la manera en que funcionaban las cosas
en su mundo.
No se dio cuenta
que había estado ignorando a Jaejoong hasta que los brazos delgados se
envolvieron alrededor de su torso.
—Está bien, —
susurró su cordero en la mente de Yunho.— Estamos más allá de eso ahora.
Yunho sonrió y
acarició el cabello suave de Jaejoong. Era una de las ventajas y desventajas de
tener una pareja. Podían oír cada pensamiento del otro y hablar a través de su
vínculo telepático.
A Yunho le
encantaba, pero también le hubiera gustado mantener algunas de sus
preocupaciones para sí mismo, no cargar a Jaejoong con sus pesadumbres.
—Hey, somos un
equipo ahora, —dijo Jaejoong.— Tus problemas son míos. Puedo manejarlo.
—Sé que puedes, y
confío en ti. Sólo quiero protegerte. —Se sacudió y luchó para romper el
repentinamente sombrío estado de ánimo. Estaban mejor relajándose y simplemente
disfrutando de la presencia del otro. —Podemos conseguir la vela de incienso,
si quieres. Lo que quieras, Jaejoong.
Jaejoong le abrazó
de nuevo y seleccionó una de las velas, sólo una, y la más barata, señaló Yunho.
Jaejoong debió haber escuchado las preocupaciones financieras de Yunho también.
Reprendiéndose a sí mismo por su estupidez, Yunho eligió un segundo elemento,
el último que Jaejoong había querido.
—Yunho, no tienes
que… —Jaejoong intentó decir.
Yunho le hizo
callar con un beso.
—Quiero hacerlo.
—Las velas perfumadas no eran un producto inútil. Los olores de la ciudad
todavía molestaban a Jaejoong, incluso dentro de la habitación del hotel. Las
ovejas cambia-formas tenían narices muy sensibles y detectaban incluso a los repartidores
con varios productos. La política del hotel no tenía nada en contra del uso de
velas perfumadas.
Ayudó que Yunho le dio al gerente una generosa propina para
mantener su estancia lo más discreta posible. Jaejoong suspiró,
pero cedió. Era sólo una vela, y unos pocos dólares no dañarían demasiado el
presupuesto, y había parado en esta tienda para comprar cosas, no para mirar
escaparates. Después que Yunho habló con Siwon, había podido acceder a otras
cuentas. Yunho y Jaejoong estarían bien.
Durante todo el
día,
Yunho había llevado Jaejoong alrededor de la ciudad, llevándolo a parques,
mostrándole los lugares de interés. Yunho nunca había disfrutado realmente de
la belleza que podía aparecer incluso en una gran metrópoli como Seoul, pero
con Jaejoong a su lado, todo parecía mucho mejor. Pero, por supuesto, una vez
que se habían cansado de las giras, habían comenzado a ir de compras, y Yunho
no pudo resistirse a traer a Jaejoong a esta tienda.
Con impaciencia, Yunho
llevó a su pareja desde la parte más neutral del almacén y avanzó hacia las más
estrambótica. Había traído a su pareja aquí sin decirle a Jaejoong lo que
realmente era, una tienda para adultos. El completo edificio parecía bastante
inofensivo desde el exterior, y el primer tramo ofrecía cosas sensuales, pero
más inocentes que las velas, loción o gel de ducha.
Aquí, sin embargo,
había toda la variedad de lubricantes, vibradores en diferentes colores y
tamaños, bolas anales, y muchos otros tipos de juguetes. Yunho no quería forzar
a su cordero a nada demasiado perverso. Sabía que Jaejoong era virgen la noche
anterior. Lo había sentido y luego lo reconoció a través de su vínculo. Sin
embargo, necesitaban un poco de lubricante real. El aceite de oliva funcionó,
pero lo tenía en todas partes y arruinó las sábanas. Fue algo que el gerente
del hotel no había apreciado mucho.
—Oh, mi, —dijo Jaejoong
sin aliento. La expresión de su rostro no tenía precio.— Esto es… Wow.
A juzgar por el
sentimiento distintivo de la excitación proveniente de Jaejoong, Yunho supuso
que era un buen “wow”. Quizás Jaejoong disfrutaría con algo un poco más salvaje
después de todo.
Justo cuando Yunho
pensaba esto, un vendedor se acercó a ellos, una amplia sonrisa en su rostro.
—¿Puedo ayudarles
en algo caballeros? —Preguntó, mirando de reojo a Jaejoong.
Los pelos del
cuello de Yunho inmediatamente se levantaron cuando el otro hombre amenazó la
propiedad de su pareja. Reprimió el impulso de desnudar sus colmillos al
estúpido humano y sonrió con fuerza.
—No, eso no será
necesario. Estamos bien.
Sabía que había
sido incapaz de disimular la hostilidad en su voz cuando Jaejoong lo miró con
curiosidad. Al parecer, el cordero no había estado prestando atención al humano
en absoluto, porque de lo contrario, habría sentido la excitación del vendedor.
A la muestra de
agresión de Yunho, Jaejoong se dio cuenta de la situación también. Envolvió su
brazo alrededor de la cintura de Yunho y se apoyó en él, su calor y su olor
dulce consolaron a Yunho.
—Gracias, pero él
tiene razón. Podemos manejar las cosas bien.
El vendedor no
pareció disuadido en absoluto por su negativa.
—Está bien,
—respondió,— pero si necesitan cualquier cosa, y me refiero a cualquier cosa, sólo
griten. Mi nombre es Heechul. Kim Heechul.
De sus obscenamente
ajustados pantalones, el hombre sacó un pedazo de papel y se lo ofreció a Jaejoong,
que se quedó mirándolo.
—En horas fuera de
la oficina, también.
Tal vez en un
momento diferente, Yunho podría haber aceptado a Heechul su ofrecimiento.
El joven era sin
duda hermoso, alto y esbelto, con un aspecto elegante, casi aristocrático. Por
primera vez, Yunho notó que el chico olía a cambia-formas, algo que quería
comer. ¿Cisne? Sí, un cisne. Se preguntó si Heechul se dio cuenta de que estaba
jugando con fuego. Por supuesto, Yunho no tenía intención de hacer nada al
respecto. Tenía su pareja, y era el lobo de un cordero.
Una fuerte voz
masculina sonó antes de que Yunho pudiera negar a Heechul de nuevo.
—Heechul, deja de
coquetear con los clientes, y mete tu culo aquí.
Heechul se rió.
—Oops. Parece que
he sido arrestado. Que se diviertan.
Con una última
sonrisa, les dio la espalda a Yunho y a Jaejoong y se alejó a toda velocidad.
—¿Qué era eso?
—preguntó Jaejoong.
—Un cisne. —Yunho
se echó a reír.— Un cisne en una sex shop.
—Pensé que tendían
a ser tímidos, —dijo Jaejoong, obviamente confundido. Se guardó el papel
ofrecido,
Pero Yunho no se molestó en tomarlo de su pareja. Ni Jaejoong ni Yunho
lo llamarían, y ese papel no sería más que un lindo recuerdo. Cualquiera que
fuera la historia de Heechul, no sería trabajo de Yunho averiguarla. Se volvió
hacia su pareja.— De cualquier manera, creo que estábamos ocupados haciendo
otra cosa antes de que fuéramos interrumpidos.
La cara de Jaejoong
se encendió mientras sus ojos pasaron de Yunho a los juguetes sexuales y de
vuelta.
—¿Sabes cómo usar
esto? —preguntó en un susurro apenas audible.
—Sí, —respondió Yunho
a través de su conexión.— ¿Te gustaría probar algo?
Jaejoong asintió
tímidamente.
—Podría hacerlo. No
estoy seguro de qué.
—¿Qué tal si
comenzamos lento? —sugirió Yunho.
—Lento suena bien,
—contestó Jaejoong.
Yunho ocultó una
sonrisa. De alguna manera sabía que al final del día, tomarlo con calma sería
lo más alejado de sus mentes.
—Detén ese
ascensor, —gritó Yunho al hombre ya en el ascensor. El desconocido hizo lo que
le habían pedido, y Yunho consiguió colarse en el ascensor justo a tiempo,
seguido de su pareja.
Yunho asintió y dio
las gracias al hombre. Su cuerpo entero zumbaba con la excitación, sin embargo,
quería que el hombre saliera del ascensor ya. Al final resultó
que el hombre abandonó el ascensor en la primera planta. ¿Quién jodidos tomaba
el ascensor para un tramo de escaleras? Jesucristo.
En el momento en
que las puertas del ascensor se cerraron, Yunho alcanzó a Jaejoong y aplastó
sus labios con los de su compañero, dejando caer su bolsa de la compra en el
suelo. Por unos momentos, Jaejoong respondió con entusiasmo, pero luego se
separó de Yunho.
—No podemos,
—jadeó.— La cámara. Van a vernos.
Yunho maldijo a las
estúpidas leyes de exposición indecente y deseaba que no se aplicaran a los
cambia-formas. Debía haber algún tipo de norma que señalaba la diferencia entre
ellos y los humanos. Los humanos podrían ser capaces de mantenerlo en sus
pantalones, pero Yunho se sentía como si fuera a estallar si no entraba en su
pareja en ese mismo momento.
—Sólo ven aquí,
—murmuró, tomando a su pareja en sus brazos.— No hay ninguna ley en contra de
los besos. Jaejoong se rindió
y por unos pocos momentos, Yunho se permitió a sí mismo deleitarse con el beso
de su pareja. Ahora que su vínculo era completo, podía sentir a Jaejoong mucho
mejor, muy dentro de su corazón.
El sexo no era suficiente para reclamar a un
compañero, diablos no era siquiera necesario, ya que la mordedura hizo todo el
trabajo. Sin embargo, en Jaejoong, su compañero fiel, eso era diferente. Yunho
necesitaba marcar a Jaejoong, marcar al cordero como suyo una y otra vez. Le
dolía el cuerpo por un renovado acoplamiento, y se frotó contra su pareja, su
polla tan dura que dolía. Sólo un poco más, sólo un poco más y conseguiría lo
que quería.
Por fin, un más que
bienvenido “ping” anunció un zumbido de que habían llegado a su parada. Yunho
se separó de Jaejoong, y tropezó al salir del ascensor. En el último momento, Yunho
recordó recoger sus compras. Sería realmente una lástima que perdieran su bolsa
de artículos. Yunho tenía la intención de darles a todas un buen uso.
Arrastró a su
compañero hacia su habitación y lo alcanzó en un tiempo record. Fue entonces
cuando se dio cuenta que no tenía ni idea de lo que habían hecho con la tarjeta
llave. Antes de que pudiera entrar en pánico, Jaejoong se la ofreció con una
mano temblorosa. Respirando con un suspiro de alivio, Yunho le arrebató la
tarjeta y abrió la puerta.
Por fin estaban en
privado. Tan pronto como Yunho cerró la puerta Jaejoong se abalanzó sobre él en
una exhibición inusual de agresión, presionando sus labios. Parecía que su
corderito quería esto tanto como Yunho lo hacía.
Yunho gruñó y se
hizo cargo del beso. Usando su cuerpo más grande, se dirigieron hacia la cama,
sin soltar a su compañero del agarrón del labio.
Dios, Jaejoong era
increíble. Yunho no podía creer que en tan sólo un día, se sintieran tan cerca
el uno del otro. Esto sólo podría suceder con las parejas predestinadas. Estaba
seguro de eso.
Yunho empujó a Jaejoong
sobre el colchón y se aprovechó del leve aturdimiento de su pareja para vaciar
la bolsa sobre la cama. Habían terminado de comprar una buena selección de
juguetes, que iban desde un anillo de pene hasta bolas anales e incluso esposas
y un flogger. Había hecho una mella significativa en el presupuesto de Yunho,
pero al diablo con eso.
Jaejoong se
humedeció los labios mientras observaba los artículos de la cama.
—Yunho…
El sonido de su
nombre en los labios de Jaejoong fue suficiente para romper el remanente de
control de Yunho. Se abalanzó sobre su pareja, al azar rasgándole la ropa
recién comprada. Jaejoong le ayudó a quitarse la suya propia.
La torpeza de la
primera vez había desaparecido, reemplazada por una necesidad guiando a sus
cuerpos, haciéndoles moverse juntos. No hubo más dudas, no en la mente de Yunho
ni en la de Jaejoong tampoco. Claro, las cosas no eran perfectas y todavía
tenían mucho que aprender el uno acerca del otro, por no mencionar toda la
mierda que la manada de Yunho le daría. Pero esto… Esto era tan bueno, tan cierto. En ese momento, Yunho podía confiar en que todo iba a estar bien al final.
Jaejoong brevemente
rompió el beso y le dio una mirada juguetona.
—Deja de pensar
tanto. —Empujó a Yunho fuera de él y se sentó a horcajadas encima, a la vez que
analizaba los elementos que estaban encima de la cama con lasciva curiosidad.
—Ahora, enséñame qué hacer.
Cálida excitación
creció dentro de Yunho cuando imágenes de su pareja montando su polla llenaron
su cabeza. Sonrió a Jaejoong.
—Está bien,
corderito, pero tienes que hacer exactamente lo que te diga.
Jaejoong tragó
saliva como si acabara de darse cuenta de con quién estaba jugando. Aun así,
asintió, y Yunho no sentía ningún miedo venir de él, sólo la ansiedad que había
molestado a Jaejoong como el día anterior también. Yunho hizo una nota mental
para amar Jaejoong tan profundamente que su cordero nunca, nunca, pensara que
él mismo era inadecuado de nuevo, y cuando su pareja sonrió, sabía que Jaejoong
había escuchado el pensamiento. —Exactamente como tú me lo dices, —repitió Jaejoong.—
Entiendo.
Yunho agarró la
colcha con los puños para evitar bajarse de su pareja y sólo enterrarse dentro
de Jaejoong. Su urgencia por dominar despertó, más fuerte y más intensa que
nunca.
A Yunho siempre le
había gustado el juego de bondage y de poder, aunque en su mayoría lo había
mantenido en su manada. Algunos habrían visto su sexualidad como un signo de
querer ser el Alfa y Yunho no podía ser molestado con la política, sin
mencionar que nunca querría luchar contra su hermano. Pero ahora, quería compartir
su deseo con Jaejoong, y Jaejoong parecía más que dispuesto a aceptarlo.
—Toma el
lubricante, —le indicó a Jaejoong.— Abre el tubo. —Jaejoong hizo lo que le
había dicho, aunque Yunho se dio cuenta de que las manos de su pareja todavía
temblaban. Cuando Jaejoong destapó el tubo, Yunho continuó hablando. —Vierte un
poco en los dedos. Consigue que estén bien húmedos. —Jaejoong obedeció,
vertiendo una cantidad generosa de líquido de la botella y de alguna manera
logrando no hacer un lío tampoco. —Ahora llega detrás de ti y los metes en el
culo, como yo lo hice ayer.
Jaejoong abandonó
su posición del regazo de Yunho y se sentó de nuevo. Levantó sus piernas en el
aire y expuso su agujero de color rosa a la mirada codiciosa de Yunho. Dos
dedos delgados vacilantes se frotaban alrededor del borde, luego, lentamente,
empujaron dentro.
Yunho casi se tragó
la lengua con la visión. Jesucristo. Su pareja lo iba a matar.
—¿Lo estoy haciendo
bien? —Jadeó Jaejoong. Sus ojos se abrieron y dejó escapar un grito. Yunho se
echó a reír cuando se dio cuenta de que su pareja debía haber golpeado la
próstata accidentalmente.
—Lo estás haciendo
muy bien. Eso sí, no lo apresures.
Jaejoong gemía y
continuaba empujando sus dedos dentro y fuera de su culo. Azotaba la cama,
diminutos gemidos que sonaban como si el nombre de Yunho se escapara de sus
labios.
A Yunho le hubiera
encantado tomarse su tiempo y observar a Jaejoong joderse con los dedos, pero
por desgracia, no era más que un lobo, y tenía sus límites.
Se abalanzó de
nuevo, arrebatando a su amante y empujándolo debajo de él una vez más. Su
pareja soltó un adorable “beeh” de nuevo, pero esta vez, no parecía asustado,
sólo sorprendido, y tal vez incluso una pizca aliviado. En un instante, Yunho
recuperó las esposas y aseguró los brazos de su pareja a la cabecera de la
cama. Estaba agradecido por haber tenido la previsión de comprar del tipo con
relleno, ya que no quería que Jaejoong se hiciera daño de ninguna manera.
Jaejoong se arqueó
contra él, su cuerpo desnudo ya manchado con la transpiración.
—Por favor, Yunho.
Te necesito ahora.
Yunho robó un beso
de los dulces labios de Jaejoong, complaciéndose a sí mismo sólo un poco. Luego
recuperó dos de los juguetes que se mostraban más prometedores. Moviéndose más
rápido de lo humanamente posible, se fue al baño y limpió los elementos con el
esterilizador que también habían comprado. Luego regresó a la habitación, el
anillo para el pene y las bolas anales en la mano. Jaejoong lo miró, sus
hermosos ojos azules parecían un mar tormentoso ahora.
A toda prisa, Yunho
deslizó el anillo de pene sobre Jaejoong. Tenía un lejano pensamiento de que
tal vez debería haber tenido uno él mismo, pero lo descartó. Aun si se corriera
antes de llegar a entrar dentro de Jaejoong, su tiempo de recuperación le
permitiría todavía joder a su pareja. Sería lo mismo para Jaejoong, pero el
anillo de polla en este caso tenía un propósito diferente. La acumulación de
placer era tan importante como el momento de acoplamiento.
La noche anterior, Yunho
había tomado a Jaejoong en el calor de su primer apareamiento, pero ahora,
quería pasar tantas horas como fuera posible jodiendo al hombre, tocándolo,
lamiéndolo, adorando toda esa piel deliciosa. Quería mostrar a Jaejoong lo
hermoso y especial que podría ser entre ellos.
Sonriendo a su
compañero, tomó las bolas anales y poco a poco las insertó en el pasaje de Jaejoong
una por una.
Los gritos de Jaejoong aumentaron de volumen, animándolo, pero
tanto como excitaban a Yunho, se tomó su tiempo. Por este motivo, añadió más
lubricante, sólo para asegurarse.
Cuando la última
bola penetró en el culo de Jaejoong, Yunho las movía alrededor, todo el rato
masajeando el eje de Jaejoong con el puño. Pronto, su pareja se volvió salvaje
y Jaejoong sabía que era hora de acoplarse. Pero en primer lugar, quería probar
otra cosa, para ver cómo Jaejoong tomaba un poco de dolor con el placer.
Dejando las cuentas
dentro, Yunho dio la vuelta a su pareja a cuatro patas y golpeó el duro culo de
Jaejoong. La marca de la huella de la mano parecía que hizo a su polla
palpitar, más aún cuando Jaejoong gritó. Yunho podría haber pensado que Jaejoong
odiaba la nalgada, pero su conexión fue inundada por el éxtasis de Jaejoong.
Gruñendo, Yunho aplicó dos golpes más, bellamente enrojeciendo el culo de su
pareja. No podía soportarlo por mucho más tiempo. Necesitaba estar dentro de Jaejoong.
Dos golpes más
tenían a Jaejoong incoherente, los lindos “beehs” apareciendo más y más.
Parecía que ocurrian en momentos de extrema emoción. Por fin, Yunho dejó de
tratar de resistir el atractivo de su pareja. Sacó las bolas anales y luego
colocó su polla en el agujero de Jaejoong. Con un solo golpe, se deslizó dentro
de su meta.
Jaejoong estaba
caliente y apretado, y su cuerpo dio la bienvenida a Yunho justo como sabía que
lo haría.
Gimió, empujando
dentro y fuera del pasaje, siempre apuntando a la próstata de su compañero. Jaejoong
empujó hacia atrás, aparentemente anhelando esto tanto como Yunho lo hacía.
Carnal felicidad se
mezcló con la satisfacción emocional cuando sus cuerpos se corrieron juntos. El
lobo de Yunho aulló de satisfacción mientras tomaba a su pareja y sentía el
placer de Jaejoong. Sus orígenes puede que fueran de depredador y presa, pero
ya no tenía ningún sentido. Encajaban bien. Eran pareja, y era lo único que
importaba.
Los colmillos de Yunho
cayeron, y sin vacilar, bajó su cuerpo sobre el de Jaejoong. Sintiendo la
necesidad de Yunho, su pareja le ofreció su garganta. Yunho hundió sus
colmillos en la deliciosa carne. En el momento en que la sangre de Jaejoong
invadió su boca, estrellas estallaron en su visión. Su conexión chisporroteaba
con el éxtasis y Yunho encontró su clímax, enviando su semilla profundamente
dentro de Jaejoong.
En el último momento, se acordó de quitar el anillo de la
polla de Jaejoong, y en cuestión de segundos, su cordero culminó también. El
culo de Jaejoong apretó alrededor de la polla de Yunho, exprimiendo cada gota
de su semen. Sus orgasmos parecían entrelazados y seguían y seguían, hasta que Yunho
pensó que iba a morir de tanto placer.
No sabía cuánto
tiempo había pasado cuando finalmente llegó a estar inconsciente por
derrumbarse encima de Jaejoong. Salió de su compañero, con cuidado de no
aplastar al hombre más pequeño debajo de su masa.
—Eso fue increíble
—Jaejoong exhaló.
Yunho apretó a su
compañero contra su pecho.
—No has visto nada
todavía.
Su mirada cayó hacia
la ventana, y vagamente registró el camino de los últimos rayos del sol que se
metían en la habitación. Mañana, tendría que reunirse con Siwon. Mañana, él y Jaejoong
tendrían que volver al mundo real. Pero, por ahora, sólo podían disfrutar de la
presencia el uno del otro y el amor simplemente. Yunho se preocuparía por el
resto después.
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El Yunjae es Feliz, muy Feliz; lastima que los problemas se avecinan, Nada es color de rosa; pero es el Yunjae lo superaran..........^^