miércoles, 29 de octubre de 2014

CAP 2. El Lobo que se Comio al cordero



Los primeros rayos del sol acababan de aparecer en el horizonte cuando Jaejoong entró en la pequeña habitación de hotel que Yunho encontró para ellos. Olfateó alrededor experimentalmente, y vio cómo Yunho hizo lo mismo. Cuando el lobo señaló que estaba bien, Jaejoong se dejó caer en la cama boca abajo, agotado.

No podía entender nada. ¿Cómo había pasado de estar a merced de los jóvenes carneros en su ciudad, a aceptar la ayuda de un lobo?

Yunho era un misterio para él. El hombre parecía obsesionado con él. Jaejoong sabía lo suficiente acerca de los lobos para entender lo que le había dicho Yunho a su amigo. Las parejas eran muy importantes para ellos, y esto fue quizás lo único que Jaejoong siempre respetaba de sus enemigos. 

Las ovejas no se acoplaban. Muy a menudo, los carneros elegían las ovejas que les gustaban, cualquier número de ellas, y se reproducían. De hecho, Sungmin y Jaejoong eran sólo medios hermanos. Con su dinámica de rebaño, poco importaba, sin embargo. O al menos, no debería hacerlo.
Por esa razón, 

Jaejoong no podía entender lo que Yunho tenía la intención de hacer. ¿Cómo funcionaba el apareamiento de los lobos? ¿Yunho quería otra pareja, alguien que pudiera procrear? Demonios, ¿por qué Jaejoong aún estaba considerando esto? Por todos los cielos, eran depredador y presa. No se mezclaban.

La respuesta a su pregunta surgió cuando Yunho se sentó a su lado. Su mano acarició suavemente el pelo de Jaejoong, y se recostó, abrazando a Jaejoong contra su pecho.

Era cálido y fuerte, y en su abrazo, Jaejoong se sintió tan seguro que debería haber sido imposible.
—No lo entiendo, —murmuró.— No entiendo nada de esto.
—Lo sé, —murmuró Yunho.— Es difícil de aceptar. Las ovejas no tienen parejas, ¿verdad?

Jaejoong negó con la cabeza, y Yunho continuó.
—Bueno, déjame explicar un poco cómo funciona. Nosotros, los lobos nos acoplamos de por vida, los cambia-formas incluso más que nuestros equivalentes en la naturaleza. Sabemos lo que las personas significan para nosotros desde el momento en que las vemos. 

Yo sabía desde el principio que estabas destinado para mí, hecho y nacido para mí. Todo lo demás no importa. Podemos solucionarlo.
—Pero no me conoces, —protestó Jaejoong.— ¿Cómo puedes seguir sólo el instinto para elegir tu compañero de vida?

Yunho se echó a reír y su risa recorrió a Jaejoong como una ola de placer.
—Somos cambia-formas, corderito. El instinto es la mitad de nuestro nombre. ¿Qué te dice el tuyo?

Jaejoong casi se echó a reír. Un instinto de oveja no era exactamente confiable. Simplemente les decía que se movieran juntos y saltaran cuando el otro lo hacía. Sin embargo, sentía algo cuando Yunho le sostenía, y eso no era sólo a causa del instinto.
—Yo… no lo sé, —respondió.— Me siento seguro contigo, pero no entiendo por qué.

Yunho le dio un beso en la frente.
—Porque somos pareja. Tal vez no nos conozcamos muy bien, pero tenemos todo el tiempo del mundo para descubrir todo.

Jaejoong miró a los ojos del lobo. Eran tan profundos, de un color caramelo tan intenso y a la vez tan hermoso..
—Pero, Yunho, somos depredador y presa. ¿Eso no te molesta?

No sabía qué esperaba que el otro hombre respondiera, pero lo sorprendió cuando Yunho negó con la cabeza.
—No, en absoluto. Las parejas son parejas y el amor es el amor.

Jaejoong se mordió el labio con fuerza, tratando de reprimir las lágrimas. No podía creer que alguien como Yunho entendiera lo que Jaejoong había estado tratando de decir a su rebaño desde que se había convertido en un adulto. ¿Cómo era posible que un lobo lo comprendiera? Durante toda su vida, estos depredadores habían sido una pesadilla para el conjunto de Junlao. ¿Cómo encajaba eso en el comportamiento de Yunho?

Yunho frotó el pulgar por la mejilla de Jaejoong, y Jaejoong apartó la mirada, dándose cuenta de que había perdido la batalla con sus lágrimas.
—No lo hagas, —dijo Yunho.— No te escondas de mí. ¿Cómo vamos va a acoplarnos alguna vez si no me das una oportunidad?

Yunho en realidad sonaba molesto, y por alguna razón, Jaejoong sentía la necesidad de calmar al hombre.
—Lo siento. Soy. Yo sólo… necesito que me enseñes. No sé cómo tener una pareja.

La expresión de Yunho cambió, sus ojos adoptando la depredadora expresión que Jaejoong recordaba de Junlao. A diferencia de esa vez, Sin embargo, eso no le asustaba. Salvaje anticipación lo llenaba, su cuerpo quemaba con una necesidad que nunca había sentido antes.
—Te puedo enseñar, Jaejoong. —Yunho gruñó en voz baja.— ¿Confías en mí?

¿Confiaba en Yunho? El hombre era un lobo, y los suyos habían cazado a los de Jaejoong desde el principio de los tiempos. Por todo lo que Jaejoong sabía, Yunho mismo había matado a gente de Junlao. Y, sin embargo, Yunho había sido tan amable con él.

¿Podría realmente decir que no? En el extremo, Yunho no era sólo un lobo, sino también un hombre, un hombre que lo dejaba boquiabierto a Jaejoong.
—Sí, —respondió.— Sí, confío en ti. Sólo… toma las cosas con calma.

Jaejoong tenía conocimiento de lo que sucedía entre dos hombres. Había carneros en el rebaño con una preferencia por otros machos, y eso no era inusual. En ocasiones, Yunho había visto unas pocas parejas en celo, algunas incluso en su forma animal.

Pero Jaejoong no sabía lo que haría un lobo mientras se acoplaban. Claro, sabía la parte general anatómica de eso dado que todos los carneros recibían una sólida educación de sus depredadores. Sin embargo, sus profesores sólo le habían dado la base de la reproducción de los lobos. La anticipación estaba matando a Jaejoong.
—No te preocupes, —dijo Yunho.— Cuidaré bien de ti.

Poco a poco, Yunho atrajo sus rostros juntos, tan cerca que Jaejoong podía sentir el aliento del lobo cosquilleando sus mejillas. El corazón de Jaejoong latía a miles de kilómetros por hora, mientras esperaba a ver qué haría Yunho.

Por fin, el otro hombre presionó sus labios juntos. Movió su boca contra la de Jaejoong en un movimiento seductor. Jaejoong se quedó sin aliento, permitiendo la entrada del lobo. Envolvió sus brazos alrededor de Yunho, entregándose a la dominación del otro hombre.

Yunho debió sentir su aquiescencia silenciosa, ya que el suave beso se volvió más agresivo. La lengua de Yunho devoraba la boca de Jaejoong, excitándolo sin medida. Era su primer beso, y más intenso que cualquier cosa que Jaejoong esperaba. Se aferró al lobo, jadeando de placer, tomando el asalto sensual del otro hombre.

Las manos de Yunho comenzaron a trabajar en su ropa, desesperadamente desgarrando el material. Jaejoong intentó ayudar a su pareja, pero por supuesto falló, abismalmente. Terminaron enredados en los restos de la camisa de Jaejoong y los pantalones, frustrantemente tratando de empujarlos fuera del camino.

A medida que sus bocas se separaron, Jaejoong dejó escapar un resoplido, mientras que Yunho sólo rió sin aliento.
—Sé paciente corderito, —susurró.— Todo llegará a tiempo.

Pero Jaejoong no quería esperar. Quería ser tocado y tocar a su vez. Se encontró tratando de recordar todas las cosas que había visto a los carneros hacer juntos, a fin de poder explorar el mismo camino con Yunho. Le molestaba y avergonzaba que no supiera la forma de ofrecer placer al otro hombre.

Sin embargo, se esforzaba por obedecer y esperar como dijo Yunho. Finalmente, su paciencia se vio recompensada. Yunho se deshizo de su propia ropa, y cuando el hombre descartó cada prenda de ropa, todo el cuerpo de Jaejoong comenzó a temblar con una mayor ansiedad y anticipación. Querido Dios. Jaejoong había visto desnudo a Yunho allá en Junlao, pero había estado demasiado en pánico para reconocer plenamente el magnífico pedazo de hombre que tenía a su alcance. Por el amor de Dios, 

El hombre parecía cortado por un divino paño. Jaejoong no sabía dónde mirar primero. El David de Miguel Ángel no tenía nada que hacer con Yunho en cuanto a los duros abdominales se refería. Los pezones cobrizos del lobo se animaron al ser descubiertos, como si exigieran atención y la polla de Yunho señalaba acusadoramente a Jaejoong. Demonios, si estuviera viva, 

la estatua estaría avergonzada por comparar su polla con Yunho. El eje del lobo era enorme. De lo que Jaejoong recordaba, tendría que ir dentro de su… dentro de su culo. Pero, sin duda, nunca podría encajar.

Como si adivinara sus pensamientos, Yunho ahuecó su mejilla suavemente y presionó un beso en sus labios. No era nada como el de antes. De hecho, ni siquiera parecía dirigido a excitarle, sino más bien para calmarlo y consolarlo.
—Yo sé que soy un poco intimidante, —dijo,— pero no te preocupes. Somos pareja.

A Jaejoong le hubiera encantado tener la misma confianza que Yunho tenía, pero simplemente no conseguía relajarse.
—De alguna manera, dudo que seas el que tenga un bate de béisbol por tu culo, —murmuró, disgustado.
Yunho sólo se rió.
—No te preocupes por eso. Te va a encantar. Lo prometo.

Jaejoong dio al lobo una mirada dudosa. A decir verdad, quería lo que Yunho ofrecía, pero tenía miedo de eso, también. ¿Qué pasaba si hacía algo mal? ¿Qué pasaba si a Yunho no le gustaba? Y ¿qué pasaba con esta cosa de las parejas? ¿La atracción de Yunho se originaba únicamente por eso? ¿Y si odiaba a Jaejoong después?

No se dio cuenta que estaba entrando en pánico hasta que los fuertes brazos de Yunho se envolvieron a su alrededor, apretándolo firmemente.
—Hey, Jaejoong, no tenemos que hacer nada que tú no quieras. Lo siento. No debería haberte empujado.

Los ojos de Jaejoong se abrieron como platos cuando se dio cuenta que la había jodido.
—No quise decir eso. Estoy… estoy nervioso. ¿Por qué incluso te gusto?

Yunho lo soltó del abrazo y le dio una mirada de incredulidad.
—¿Estás bromeando? Eres hermoso. Eres todo lo que alguna vez he querido en una pareja, incluso antes de que supiera que quería una. —Tomó un hondo respiro, como si luchara por las palabras.— Tú eres… tú.

Jaejoong no pudo encontrar una respuesta para eso. Estaba abrumado también, demasiado conmocionado. Todo su mundo parecía haberse vuelto patas arriba, como si se encontrara en la Dimensión Desconocida1.

De repente, todas sus dudas dejaron de importar. Era una oveja y Yunho un lobo. ¿Y qué? Acababan de conocerse. ¿Y qué? ¿A quién le importaba? Yunho tenía razón. Eran pareja. Más allá de toda la ansiedad, Jaejoong podía sentirlo también. De lo contrario, nunca habría confiado en Yunho en primer lugar.

Sin permitirse dudar más, Jaejoong apretó sus labios en los de Yunho, atrayendo sus cuerpos más cerca. Los dos estaban desnudos, y una vez que Jaejoong tomó la decisión de dejar de preocuparse por cosas más allá de su control, le resultó fácil centrarse sólo en la desnudez de su pareja. Se subió al regazo de Yunho, sin estar más asustado. En su lugar, la sensación de la dura polla de Yunho contra su culo lo excitaba a morir.

En un primer momento, Yunho pareció sorprendido, pero rápidamente se hizo cargo del beso. Sus manos exploraban el cuerpo de Jaejoong, dejando tras de sí rastros de fuego en su piel. Jaejoong se frotó contra su compañero, dolorido por más, anhelando algo que no podía entender.
Muy a su pesar, Yunho lo rechazó. Jaejoong dio a su pareja una mirada confusa. ¿Había hecho algo malo? ¿Era malo besando?
—Sólo dame un segundo, —dijo Yunho.— Estaré de vuelta.

Sin más explicaciones, Yunho salió de la cama. Afortunadamente, la habitación del hotel no era tan grande, y Jaejoong observó a su pareja cuando el lobo se dirigió a la bolsa con sus compras. Se tendió en el colchón en espera mientras observaba el movimiento de Yunho. Dios, simplemente el juego de músculos en la espalda de Yunho podría hacer a un hombre correrse.

Yunho recuperó la botella de aceite de oliva de la bolsa y volvió a la cama. Al principio, Jaejoong no entendía las razones detrás de la búsqueda de Yunho de la botella, pero entonces el lobo dijo: —Vamos, corderito. Abre las piernas para mí.

Jaejoong obedeció, sabiendo que este era el momento que había temido desde el segundo que había visto la polla de Yunho. Abrió las piernas y, por instinto, las levantó, dejando al descubierto su agujero a la mirada de Yunho. Fue recompensado con un gemido de su futuro amante.
—Jesucristo, Jaejoong. ¿Tienes alguna idea de lo caliente que te ves?
—¿Por qué no me enseñas? —Jaejoong disparó de nuevo. No sabía de dónde venía el coqueto comentario, pero parecía despertar a Yunho aún más. 

De alguna manera, Jaejoong pudo sentir un eco en su interior. Si hubiera tenido alguna duda sobre la conexión entre ellos, eso lo había resuelto. Se preocuparía por el resto más tarde, mucho más tarde.

Yunho abrió la botella de aceite de oliva y vertió un poco del líquido en sus dedos, todo mientras mantenía la mirada de Jaejoong. Jaejoong tragó saliva, luchando por mantener su nerviosismo bajo control, pero no pudo evitar él mismo tensarse ligeramente al primer toque del dedo manchado de Yunho en su ano.
—Relájate, —dijo Yunho.— Mientras te relajes, estaremos bien.

Jaejoong asintió, pero era más fácil de decir que de hacer. Obviamente dándose cuenta del problema de Jaejoong, Yunho bajó la cabeza y tomó la polla de Jaejoong en su boca. Caliente rojo placer atravesó a Jaejoong cuando el húmedo infierno envolvió su polla. No podía dejar de empujar su polla más profundo dentro de la boca de Yunho, al mismo tiempo que llegaba hasta enhebrar los dedos por el pelo del lobo.

Yunho asentía con la cabeza arriba y abajo del eje de Jaejoong, retorciendo su lengua justo en movimientos que Jaejoong no había considerado siquiera posible.

Con Yunho trabajándolo tan deliciosamente, Jaejoong no podía ni siquiera recordar permanecer tenso. Cuando su pareja empujó un dedo dentro de él, Jaejoong lo tomó con facilidad, amando la desconocida, pero agradable sensación. El segundo dedo quemó un poco, y el tercero aún más, pero Yunho hizo un excelente trabajo en distraerlo. Y entonces, 

Yunho golpeó su próstata, un punto del que Jaejoong sólo había oído hablar pero nunca tuvo el coraje de encontrar. Jaejoong arqueó la espalda cuando choques de éxtasis le recorrieron.
—Oh, Dios, Yunho. Por favor, por favor, por favor…

En este momento, no acababa de entender lo que estaba pidiendo, pero eso no importaba. Yunho lo hacía. Yunho sabía. El lobo tiró de sus dedos del culo de Jaejoong y levantó la boca. Jaejoong gimió, sintiéndose abandonado y despojado, pero entonces, algo caliente y enorme golpeó su apertura. Poco a poco, Yunho empujaba dentro de él, empalando a Jaejoong sobre su polla.

Justo como Jaejoong había señalado anteriormente, el lobo estaba más que bien dotado. Aunque Yunho tomó las cosas con calma, la penetración dolía. Sin embargo, Jaejoong se mordió el labio y se centró en el olor de Yunho, en su mirada, y su expresión de concentración. Sólo necesitaba relajarse. No pasaría nada.

Pareció una eternidad, pero al final, Yunho incrustó su eje completamente dentro de Jaejoong. En un principio, Jaejoong casi no podía creerlo. Se sentía tan lleno, tan imposible, pero al mismo tiempo, tan conectado con Yunho. La quemadura de la penetración inicial comenzó a derretirse en placer. Un zumbido de energía inagotable cayó sobre la piel de Jaejoong.
—Por favor, Yunho, —le rogó de nuevo.— Muévete.

Y Yunho, en efecto, se movió. Sacó su polla del pasaje de Jaejoong y empujó hacia adentro.
De alguna manera, Yunho golpeaba la próstata de Jaejoong, haciendo que se renovara el éxtasis que le recorría.

A partir de entonces, todo se convirtió en un borrón. Una y otra vez, Yunho continuaba jodiéndolo, empujando dentro y fuera de su ano. La velocidad y la fuerza detrás de los movimientos hizo que la cama crujiera casi amenazadoramente. Jaejoong se aferró a los hombros de su pareja, haciendo todo lo posible para retroceder, pero reconoció el hecho de que no podía esperar a ser coordinado o coherente. Sin embargo, de alguna manera, hicieron el trabajo, se movieron juntos como si se hubieran conocido el uno al otro desde el principio de los tiempos.

En estas circunstancias, Jaejoong no podía esperar que resistiera mucho tiempo. Su excitación, su lujuria, y emociones confusas le abrumaron. Sólo necesitaba una cosa más, una cosa que lo empujara a través del borde.

Su mente no se habría dado cuenta de qué se trataba, pero su cuerpo y su alma lo sabían. Siguiendo un impulso repentino, Jaejoong inclinó la cabeza, dejando al descubierto la garganta para Yunho. Unos momentos más tarde, los afilados colmillos le atravesaron la carne. Agonizante dolor lo invadió, pero sólo le dolió por un breve instante. Entonces, pareció como si un sol estallara dentro de él y un éxtasis dulce se lo tragara entero, enviándolo en un torbellino de nirvana.

Jaejoong sintió una conexión hacer clic en su lugar, su vínculo con Yunho se convirtió en completo. Sentía el placer de su pareja y el grado de las propias emociones conflictivas del lobo. Al igual que, con Yunho en el interior de su mente y su cuerpo, se corrió como nunca lo había hecho en toda su vida.

No sabía cuánto tiempo simplemente flotó en la nube de placer, pero cuando se bajó de la increíble altura, encontró a Yunho que se cernía sobre él, con los ojos caramelo todavía con el estupor del placer.
—¿Estás bien, corderito?

Jaejoong sonrió.
—Nunca he estado mejor, gran lobo feroz.
Yunho parpadeó y luego se echó a reír.
—Hermoso y divertido —dijo mientras se limpiaba una lágrima de alegría.— Me tocó el premio gordo.

Jaejoong no respondió, pero secretamente pensaba que era al revés. De alguna manera, le había sido concedida una oportunidad de ser feliz, y no la despilfarraría, no importara lo que pasara.


miércoles, 22 de octubre de 2014

CAP 1 - EL LOBO QUE SE COMIO AL CORDERO



—Y así el niño aprendió que nadie cree a un mentiroso, incluso cuando está diciendo la verdad. Y en el futuro, sabría que no hay que gritar lobo cuando no había ninguno.

Jaejoong sonrió cuando todos los niños a su alrededor se acercaron.
—¿Y los aldeanos encontraron las ovejas? —una niña le preguntó con ansiedad.
Jaejoong le revolvió el pelo.

—Por supuesto que sí. —Los niños no tenían que saber que el mundo real no funcionaba así. Los lobos no devuelven a los corderos.— Pero los aldeanos tuvieron muchos problemas porque el chico mintió.
Los niños asintieron comprendiendo. Jaejoong los hizo levantarse del suelo.
—Vamos ahora. A la cama.
—Pero… ¿No podemos quedarnos para otro cuento? —preguntó un niño.
Carson negó con la cabeza al niño.
—Tus padres van a enojarse conmigo si no descansas lo suficiente, y no van a permitir que vuelva de visita de nuevo. No queremos eso, ¿verdad?
Suspirando, los niños se retiraron a la zona de dormitorios. Jaejoong los abrazó a todos ellos y les metió en la cama.
Después de que se aseguró de que todos dormían tranquilamente, volvió a la sala de estar. Tal como había esperado, encontró a su madre, MinAh, esperándolo ahí.
—Sabes, no deberías contarle a los niños esa historia, —dijo.— Les da pesadillas.
Jaejoong se rió.
—Es sólo una historia, madre.
Ella suspiró, y Jaejoong sabía lo que estaba pensando. Tal vez los corderos estaban a salvo en casa de MinAh, pero sus padres se veían obligados a hacer frente a una situación cada vez más difícil. Últimamente, su pequeña comunidad había recibido muchas pérdidas, y Junlao, la ciudad que una vez fue su santuario, tenía cada vez más y más el aspecto de ser una prisión y una sentencia de muerte. En estas circunstancias, el más anciano de los carneros y ovejas había dejado Seoul, con la intención de prepararse para mudarse ahí.
—¿Crees que Padre encontrará un nuevo lugar para alojarnos? —Jaejoong le preguntó a su madre.
Ella hizo una mueca.
—No creo que tengamos muchas opciones, niñito. Ya no podemos recibir más ataques. Moriremos.
Jaejoong miró hacia el dormitorio, donde los niños estaban durmiendo, su corazón herido al pensar que mañana, los corderos podrían ser atacados por los desmanes de un lobo. Su mirada se dirigió a la ventana. La noche había caído, y pronto, los depredadores saldrían a cazar. Una vez, habían estado a salvo de eso, pero ya no. Ahora, habían sido descubiertos, y era sólo cuestión de tiempo hasta que los lobos se abrieran paso a través de sus defensas.
Los carneros más jóvenes y más fuertes se quedaban a cargo de Junlao. Por parte de Jaejoong, debería haber estado de guardia como los demás, pero por desgracia, parecía ser una flor tardía en el mejor de los casos.
Sus cuernos ni siquiera habían salido completamente, incluso si había llegado a su vigésimo año. De hecho, no parecía muy diferente que si tuviera quince años. Como tal, había sido delegado a algunas de las tareas que tradicionalmente iban a las ovejas. Hasta cierto punto, no le importaba, ya que le gustaban los corderos, pero todavía le dolía cuando los carneros jóvenes se burlaban de él. Sabía que su familia estaba decepcionado de él, y a él mismo le hubiera gustado ser un mayor apoyo para el rebaño. Incluso si su madre hacía todo lo posible para ocultarlo, sabía la verdad. En las circunstancias actuales, sin embargo, simplemente estaría en medio si trataba de ayudar a los guardias.
Sacudiéndose a sí mismo, Jaejoong fue a su madre y la abrazó.
—Voy a volver a casa, —le dijo.— Sungmin debería estar ahí por la mañana, y estará enojado si estoy fuera.
Su madre frunció el ceño, visiblemente molesta.
—No deberías estar en las calles después de oscurecer niñito. Tu hermano entenderá si le explicamos…
—No, mamá. —Jaejoong negó con la cabeza.— Voy a estar bien. Además, tengo veinte años. Puedo cuidar de mí mismo.
Ella no parecía convencida, pero por suerte, no hizo ningún comentario. Sabía que era tan terco como una mula, bastante irónico, dado que era, para todos los efectos, un cordero. Además, con él quedándose en la noche sólo aumentaría las voces jocosas aún más fuerte.
Se despidieron, y Jaejoong dejó la seguridad de su hogar. Hizo un gesto a los guardias situados alrededor de todos los hogares que mantenían los corderos del rebaño. Como era de esperar, lo ignoraron y Jaejoong apartó la punzada de breve dolor y se dirigió hacia su casa.
No tenía ningún deseo de ver a Sungmin, sin que su hermano todavía se burlara de él sin descanso. Deseó poder haber ganado el derecho a tener una casa propia. Así eran las cosas, se vio obligado a compartir la casa que pertenecía a sus abuelos con su hermano.
El viento frío soplaba a través de su cabello mientras caminaba, y Jaejoong se alzó su chaqueta, deseando la comodidad de su lana. Era mucho mejor estar en forma de shifter. Pero en estos días, sólo cambiaba a su segunda forma cuando estaba solo o cuando no tenía otra opción. Sus muchas faltas le hacían sentirse inadecuado, pero al menos de esta manera, podía fingir que no había diferencias entre él y el resto de los jóvenes carneros.
Los cambia-formas siempre habían vivido entre los humanos, en secreto, por supuesto. Los seres humanos destruían lo que no podían entender, por lo que todas las razas de cambia-formas eran muy reservadas. Desafortunadamente, sus vidas giraban en torno a los mismos conflictos que existían en la naturaleza, y por desgracia, los del tipo de Jaejoong eran el blanco de muchos depredadores, simplemente por existir.
Jaejoong habría pensado que, dado que tenían una segunda forma, también tenían sentimientos diferentes, necesidades diferentes. Pero no conocía a nadie que pensara como él. Eran ovejas, y sus enemigos lobos. El curso de la naturaleza estaba claro, con la diferencia de los nuevos métodos que utilizaban para herirse unos a otros o protegerse de daños.
Se frotó los brazos, sintiéndose solitario y frío. Las ovejas naturalmente ansiaban la proximidad de su propia familia, sin embargo, otra razón por la que a Jaejoong le gustaba estar cerca de los corderos. La mayoría de todos los demás lo rechazaban. Él era inusual, y en su rebaño, inusual significaba aislado. A veces, casi parecía bueno. Amaba a los niños y amaba contarles historias.
Ver sus ojos lindos ensancharse con sus palabras hacía que todo valiera la pena. Mientras crecía, había soñado con el día en que tendría una familia con sus propios corderos, y pudiera transmitir sus historias. Pero ahora, no podía dejar de pensar que contar historias no ayudaría si los lobos atacaban Junlao. No salvaría a los corderos de sus colmillos y garras.
Jaejoong estaba tan perdido en sus pensamientos, que pasó por alto la aproximación de otra persona hasta que tropezó con una pared de músculo sólido. Maldijo y retrocedió, sólo para encontrarse a sí mismo chocando con otro hombre. Para su gran consternación, se dio cuenta de que el hombre que tenía delante era su hermano.
—Mira quién está fuera a esta hora, —dijo Sungmin.— ¿No deberías estar cuidando de los corderos?
—Se han ido a la cama, —dijo Jaejoong, manteniendo su columna vertebral recta como una baqueta.— ¿Y qué hay de ti? ¿No deberías estar vigilando las afueras?
Sabía que había cometido un terrible error al hablar de nuevo cuando la expresión sarcástica de Sungmin se retorció en una de ira.
—No me hables de nuevo.
Carson retrocedió, pero se encontró con otra persona. En ese momento, se dio cuenta que de alguna manera había llegado a estar rodeado por los amigos de Sungmin.
Había al menos cuatro jóvenes carneros, aparte de Sungmin, todos dándole miradas desdeñosas.
—Vamos a enseñarte una lección que nunca olvidarás, —dijo Sungmin ferozmente.
Carson trató de escapar, pero estaba rodeado.
La hostilidad que emanaba de los hombres mucho más grandes que lo rodeaban despertó el instinto de la propia conservación arraigado en cada ser viviente. El pánico se transformó en ira, y cargó contra su hermano, aunque sabía que no tenía forma de ganar.
Para su satisfacción, se las arregló para lograr unos pocos golpes decentes. Sin embargo, momentos después, Sungmin lo empujó y Jaejoong cayó, su cuerpo chocando dolorosamente con el camino empedrado.
—¿Qué estás haciendo? —se burló Sungmin.— Atrapenlo.
Los otros cuatro carneros obedecieron al mayor y Sugnmin saltó sobre Jaejoong. No había ningún lugar para esconderse de los golpes, ninguna manera de esquivarlos. A lo lejos, Jaejoong se dio cuenta de que sí, los cambia-formas tenían otros sentimientos, pero por desgracia, en el caso de Sungmin al menos, eran todos malos y mezquinos.
Habría podido aceptar los golpes como algo que pasaba si los toques no se hubieran vuelto de repente lascivos. Por alguna razón, los carneros comenzaron a rasgar la ropa de Jaejoong. Sungmin se quedó ahí de pie, riendo, viéndolos, animándolos y soltando insultos a Jaejoong.
—Eso está bien, — dijo.— Jaejoong puede ser su pequeña oveja. ¡Qué gran idea!.
Un sollozo escapó de Jaejoong al darse cuenta de que iba a ser violado por los amigos de su hermano.
Él nunca compartiría su cuerpo con nadie. Las ovejas se centraban en los carneros fuertes, no en los poco desarrollados como él, pero Carson nunca había sentido la necesidad de acoplarse con ellas de todos modos. Había llegado a pensar sobre sí mismo no sólo como débil, sino también asexual. Aún así, el pensamiento de ser despojado de su virginidad de tal manera vil, hizo que se rebelara todo su ser.
—Sungmin —trató de rogar,—ayúdame. Por favor.
Pero Sungmin no lo ayudó. Justo cuando Carson pensaba que todo estaba perdido, el aullido de un lobo sonó en algún lugar a su derecha. Estaba cerca, muy cerca. Los carneros se congelaron y detuvieron el abuso de Jaejoong. Se levantaron, adoptando una postura de lucha.
A cuatro patas, Jaejoong se arrastró lejos de ellos y miró hacia el área general donde había oído el aullido del lobo venir. Medio esperaba que la bestia arremetiera contra ellos desde las sombras. En cambio, cuando emergió, caminaba lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo y estuviera dando un paseo por el parque.
Jaejoong se estremeció al ver la aproximación de la bestia. Era enorme, pelaje gris cubriendo un cuerpo masivo y pálidos ojos verdes estudiándoles con interés. Jaejoong no dudó de que la bestia fácilmente podría haberla emprendido él solo con un puma. Fue precisamente por esta razón por la que sus guardias se mantuvieron unidos, para defenderse de tales amenazas. Jaejoong había asumido que alguien más se hubiera hecho cargo de la responsabilidad en caso de que Sungmin y sus compinches abandonaran sus puestos. Pero no había tantos carneros, y parecía que la estupidez de Sungmin dejaba un agujero en las defensas. Ni siquiera habían sacado sus armas. Joder.
El lobo dio unos pasos más, y justo así, el valor pareció irse de Sungmin y sus amigos. Con gritos similares, dieron media vuelta y corrieron, huyendo lo más rápido que pudieron y desaparecieron en la noche.
A Jaejoong le habría gustado mucho hacer lo mismo, pero su cuerpo dolía y ni siquiera pensaba que pudiera moverse. Se quedó mirando al lobo, congelado. Extrañamente, se sentía agradecido de que el depredador se hubiera presentado. Por lo menos si moría, lo haría con dignidad.
Otro lobo apareció por detrás del primero. Por un breve segundo, parecía como si los dos se estuvieran comunicando, y luego el segundo se fue persiguiendo a Sungmin. Genial, simplemente genial. Aparentemente, este enorme animal quería a Jaejjong para sí. En cualquier caso, no importaba ya más. Por mucho que a Jaejoong le hubiera gustado huir, no podía hacer que su cuerpo se moviera. Estaba condenado.
Yunho observaba al hermoso joven en el suelo, las emociones en conflicto pasando a través de él. Por un lado, su boca se le hacía agua a la visión del hombre desnudo y a merced de Yunho. Era evidente que el cordero no tenía intención de huir, estando demasiado en pánico para hacer nada más que mirar.
A pesar del deseo, sin embargo, la ira y la confusión guerreaban dentro de Yunho -ira por lo que los estúpidos carneros casi habían hecho al cordero y confusión porque aún se preocupaba por él. Después de todo, el cordero era una presa. En teoría, yunho debería comérselo ahora.
En su lugar, se encontró analizando al joven delante de él como si fuera una putilla de la manada.
Cuando se acercaba al magnífico y suculento obsequio, sus fosas nasales estaban invadidas por un olor increíble. El instinto de Yunho de alimentarse fue reemplazado por el de copular, joder, y aparearse. Quería reclamar a este pequeño cordero como suyo propio.
La imposibilidad de tal cosa pasó por su cabeza como una clara idea.
El lobo sabía lo que quería y no le importaban los límites. No entendía el concepto de lo prohibido. Lo que necesitaba, lo iba a tomar.
Vagamente, reconoció el hecho de que su misión era comprometida, pero lo que fuera. Había averiguado lo suficiente, y su Alfa sólo tendría que tratar con esto. En ese mismo momento, a Yunho no podía importarle menos.
Sin dudarlo más, Yunho se abalanzó, cambiando a mitad del salto. Ahora que sus ojos podían ver el color, absorbió la verdadera magnitud de la belleza del cordero. Era magnífico, pelo rubio blanquecino llegando a sus esbeltos hombros y grandes ojos negros analizando a Yunho con obvio miedo. El joven hizo un sonido que parecía un cruce entre un “beeh” y un grito, pero no se movió. Yunho aterrizó encima de su deliciosa presa, sorprendido él mismo cuando prestó mucha atención a fin de evitar que sus cuerpos chocaran dolorosamente.
—Bueno, hola, corderito, —gruñó al oído del joven.— Parece que te tengo a mi merced.
El cordero tragó saliva.
—Vas… ¿Vas a comerme?
Imágenes pecaminosas aparecieron en la mente de Yunho, mostrando manchas de sudor, cuerpos moviéndose juntos, el suyo propio y el del cordero.
—Oh, te comeré todo, pero lo vas a disfrutar.
El cordero se veía confundido, pero Yunho no tenía tiempo de explicar. Vio a Siwon regresando a él en su forma cambiada. Yunho dedujo que ya era hora de irse. Los carneros deben finalmente haberse reunido, o alertado al resto de los guardias dentro de la ciudad. Las malditas ovejas utilizaban pistolas con balas de plata, y Yunho no podía arriesgarse a ser golpeado por una.
Se puso de pie y agarró el cordero, envolviendo al joven hombre sin resistencia corporal por encima de su hombro. Sonriendo para sí mismo, siguió detrás de Siwon mientras su amigo lo guiaba de vuelta por donde habían venido.
La estúpida oveja había dejado un agujero del tamaño de Europa en sus defensas, posiblemente a causa de los mismos carneros que habían atacado al cordero de Yunho. Yunho gruñó al recordar a los bastardos. Deseaba poder haberlos eliminado, destrozado su carne y probado su sangre, pero sus prioridades estaban con su pareja.
¿Su pareja? ¿En serio? ¿Cómo podría un cordero ser su pareja, y un macho? Y, sin embargo, incluso cuando pensaba esto, Yunho sabía que era verdad. Pasaría un tiempo muy difícil convenciendo al joven de eso, sin embargo. Por el momento, su dulce presa permanecía paralizada por el susto, pero Yunho tenía la intención de que eso cambiara. Tal vez podría atraer al pequeño cordero trayéndole un pedazo de sus atacantes como ofrenda. Por otra parte, tal vez no.
Yunho y Siwon escaparon de Junlao con relativa facilidad.
Una vez que estuvieron a una distancia lejana segura, Siwon cambió a su forma con piernas. Yunho colocó a su compañero y se volvió hacia su amigo, esperando por la explosión que tenía que ocurrir. De hecho, momentos más tarde, Siwon gritó: —¿Qué mierda, Yunho? ¿Qué fue eso allá atrás, y qué diablos estás haciendo con el cordero?
Yunho se dio cuenta de que su comportamiento atraería la atención de su amigo. Siwon lo conocía bien, y sabía lo mucho que la manada significaba para él. Fue una de las razones por las que habían sido seleccionados para la misión de exploración en las tierras de las ovejas. Su alfa -y hermano de Yunho, Changmin- quería saber si las ovejas verdaderamente servían para moverse en territorio humano.
Yunho con seguridad podría decir que el rumor era correcto, a juzgar por los movimientos en la ciudad y la ausencia de las ovejas y los carneros ancianos.
Aún así, él y Siwon habrían prestado más atención y explorado más a fondo, si no se hubieran encontrado con el pequeño cordero. Yunho no tenía fuerzas para lamentarlo.
Se encogió de hombros a Siwon.
—Tengo mis razones para traerme el cordero.
Siwon miró al compañero de Yunho especulativamente.
—Tal vez tengas razón. Estoy seguro de que a la manada le encantaría un cordero de cena mañana.
Yunho maldijo las palabras de su amigo, sabiendo que asustarían a su pobre pareja otra vez. De hecho, el joven hizo el sonido “beeh” de nuevo y, ante los ojos asombrados de Yunho, se convirtió en su forma animal.
Siwon se frotó las manos.
—Oh, ¿viste eso? Está haciéndolo más fácil para nosotros.
Yunho gruñó y empujó a su amigo lejos del cordero.
—Ni siquiera pienses en eso. Está fuera de los límites.
Se arrodilló junto al cordero aterrorizado, suavemente acariciando la suave lana. Los ojos negros del cordero fijos en él, como haciendo una silenciosa pregunta.
—No te preocupes, corderito. Nadie va a hacerte daño.
Siwon lo miró boquiabierto.
—Está bien, ¿has perdido la cabeza o qué? Es tu jodida presa.
—También es mi pareja, —gruñó Yunho. No tenía ninguna intención de negar la conexión entre él y el cordero. Claro, le habría gustado explicar las cosas al joven en privado, pero, por desgracia, no podía hacer eso, no, dadas las circunstancias. Tenía la sensación de que necesitaría la ayuda de Siwon.
—¿Tu pareja? —Repitió Siwon, pareciendo estupefacto.— Pero, Yunho…
Yunho frunció el ceño, silenciosamente diciendo a Siwon que no era objeto de debate. Como siempre, Siwon le entendió.
—Está bien. No voy a cuestionarte, o tocar a tu… pareja. Pero tienes que darte cuenta, amigo mío, que a la manada no le va a gustar esto.
Yunho sabía que su amigo tenía razón, al igual que él sabía que, en esta etapa de su vida, tenía que hacer una elección. Era realmente una decisión obvia. No podía llevar a su pareja a la manada, y no tenía la intención de dejar que el cordero se valiera por sí mismo. Por lo tanto, parecía tan natural que Yunho tuviera que abandonar la manada.
Claro, su familia no sería feliz con eso. De hecho, Yunho apostaría dinero a que su padre estaría furioso. Con suerte, su hermano lo ayudaría.
Por el momento, recogió a su pareja en sus brazos, al tiempo que continuaba con sus caricias. Al final, el cordero comenzó a relajarse un poco, como si por fin reconociera el hecho de que Yunho no tenía intención de hacerle daño.
Yunho comenzó a caminar de regreso a su coche. Siwon siguió detrás de él en silencio, aparentemente reflexionando sobre la situación. Una vez que llegaron a su vehículo. Yunho abrió el asiento trasero y suavemente colocó a su pareja ahí. El cordero no protestó, como si estuviera aturdido. Yunho podía sentir el agotamiento de su compañero irradiando de él como una nube, tanto físico como emocional.
La necesidad de protegerlo de todo el mundo era tan fuerte que Yunho casi se desplomó. Hizo todo lo posible para temporalmente amarrarlo y ponerse la ropa. La oveja en el asiento trasero sería suficientemente extraño. No sería bueno para los seres humanos ver a dos hombres desnudos.
Él y Siwon se vistieron y entraron en el coche. Por lo general, Yunho conduciría el coche o iría en el asiento de al lado, pero ahora se sentó al lado de su compañero.
—Conduce, —le dijo a su amigo.
Siwon tomó la posición del conductor y cerró la puerta. Cuando Yunho se aseguró él mismo y a su compañero en el asiento trasero, Siwon arrancó el coche y se fueron. El sonido del motor sobresaltó al cordero de Yunho, y el joven cambió de nuevo a su forma humana. La transformación la hizo para que Yunho terminara con su pareja desnuda en su completo regazo. Por instinto, envolvió sus brazos alrededor de la cintura del cordero, atrayéndole más cerca.
El joven se puso tenso y empezó a inquietarse.
—Qué -¿Qué está pasando? —tartamudeó.— ¿A dónde me llevas?
—Estate quieto, corderito, —dijo Yunho. Los movimientos de su pareja parecían diseñados para volverlo loco. El descarado culo del joven se frotaba contra la polla de Yunho, haciendo que calor de lujuria corriera por él. Su control pendía de un hilo, y era sólo el conocimiento de lo que el cordero había pasado lo que le impedía perderlo. Apretando a su pareja contra su pecho, hizo todo lo posible para ignorar su excitación.— Estás a salvo conmigo.
El cordero no parecía muy tranquilo, no es que Yunho lo culpara.
—Soy Jung Yunho, y ese es mi amigo Choi Siwon. ¿Cuál es tu nombre?
—J-Jaejoong, —respondió el cordero.— Kim Jaejoong.
—Es un nombre precioso, para un hombre magnífico.
Siwon se aclaró la garganta.
—Odio interrumpir, pero me gustaría saber a dónde vamos también.
—Como te das cuenta, no espero que esté seguro con los otros, así que no pienso volver. Nos dejarás en las afueras de Seoul. Mientras tanto, necesito que hagas algo por mí. Ve con Changmin. Dile que he encontrado a mi pareja y reúnete conmigo en frente del Observatorio Cheogmang, dos días a partir de ahora, al mediodía.
Un incómodo silencio cayó sobre la camioneta. Siwon parecía tenso, y también Jaejoong. Yunho sostenía a Jaejoong más apretado.
Tanto como se preocupaba por su amigo, no podía esperar a llegar a su destino. Después de todo, Siwon era un lobo, y no tenía la misma conexión con Jaejoong que Yunho tenía. Estaría dispuesto a herir a Jaejoong.
Finalmente, Siwon habló.
—Te ayudaré, amigo mío. Sólo ten cuidado.
Incluso con la tranquilidad de Siwon, el viaje pareció llevar siglos. En un punto, yunho se ocupó de ofrecer a Jaejoong algo para vestir. Habían traído pequeños paquetes, pero, por desgracia, la ropa de Yunho demostraba ser inadecuada para el mucho más pequeño Jaejoong. Terminaron tomando prestada una camisa y un par de pantalones vaqueros de Siwon, quien no tenía el mismo volumen. Aun así, Jaejoong parecía como un niño que había allanado el armario de sus padres -o más bien, como una oveja vestida de lobo.
Yunho casi se rió ante la idea, pero la situación le molestaba. El olor de Siwon ahora estaba por todo Jaejoong ahora, y a Yunho le dolía la necesidad de frotarse contra su pareja, para quitar la ropa ofensiva y marcar al cordero como suyo propio. Sin embargo, eso tendría que esperar hasta que estuvieran seguros y en privado.
Por fin, muy de mañana, Siwon los dejó en la ciudad. Lo primera que Yunho hizo fue sacar hasta el último centavo que tenía en su tarjeta de débito y buscar salidas en avión y autobús para los días siguientes. No podía acceder a todas sus cuentas sin alarmar a su padre, y necesitaba evitar tener al hombre averiguando sobre Jaejoong, al menos hasta que Yunho hablara con su hermano. Esperaba que no tuviera que salir de la zona, pero si la necesidad aparecía, tendría que estar listo.
La verdad sea dicha, yunho ahora puso su confianza en Changmin.
Los lobos en general respetaban los apareamientos, pero dada su posición en la sociedad de los hombre lobo, su decisión no sería fácilmente aceptada. Sin embargo, esperaba que Changmin lo ayudara. Después de todo, el hombre no sólo era su hermano, sino también su Alfa.
Al final, decidió que era mejor alquilar un vehículo, con lo cual todavía le quedaba una suma razonable de dinero para encontrar un lugar para pasar la noche. Aún así, Yunho sabía que tenía que buscar un lugar a un precio accesible, porque tendría que vivir de sus ahorros por un tiempo, al menos hasta que llegara el acceso al resto de su dinero. Conocía varios hoteles en la ciudad que podrían proporcionar alojamiento decente a un bonito buen precio. También se detuvieron en un supermercado para abastecerse de suministros, tanto de alimentos como un traje para Jaejoong. En un intento de optimismo, añadió una botella de aceite de oliva a su carrito. No sabía si habría la oportunidad de disfrutar del delicioso cuerpo de Jaejoong en un futuro próximo, pero sólo podía esperar que sucediera.
Mientras viajaban alrededor, los olores de la ciudad los asaltaron. Al poco tiempo, Yunho se dio cuenta que eso estaba afectando al pobre Jaejoong. Cuando pasaron por un restaurante indio, Jaejoong se volvió de una sombra interesante de verde.
—Oh, Dios, creo que voy a vomitar.
—Voy a parar el coche, —ofreció Jaejoong estúpidamente.
—No, no. Sólo sigue conduciendo. Estaré bien.
Una vez que dejaron la zona detrás, Jaejoong, efectivamente, pareció recuperar algo de su compostura. Sin embargo, el incidente puso las cosas en perspectiva para yunho. Todos los olores provenientes de los lugares de comida de alrededor de la ciudad parecían deliciosos para él, pero desagradables para Jaejoong.

Por supuesto, no podía culpar al cordero por su reacción. Después de todo, Jaejoong debe haber sentido lo mismo que yunho cuando veía u olía el cadáver de un lobo. Sin embargo, dadas las circunstancias, yunho se sentía poco preparado para cuidar de su pareja. ¿Podrían realmente hacer que las cosas funcionaran?

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Bueno ahi esta el primer Capitulo de esta Historia..............(^o^)

EL LOBO QUE SE COMIO AL CORDERO



PAREJA: YUNJAE

ADAPTACION: Nadeshiko
AUTOR: SCARLET HYACINTH

SERIE: Compañero o Presa


RESUMEN

¿Cena o compañero? Esa es la pregunta que surge en la cabeza del hombre lobo Yunho y cuando se encuentra con el cordero cambia-formas Jaejoong. La respuesta es fácil. Basta con mirar a los inocentes ojos negros de Jaejoong que le dicen que el cordero es su pareja. Si va a comer a Jaejoong, ambos lo disfrutarán.
Jaejoong ha sido aislado por su rebaño, debido a su incapacidad para crecer como un fuerte carnero. Cuando es inesperadamente atacado por su medio hermano, no espera ser rescatado por un lobo, y mucho menos enamorarse de él.
Pero a pesar de Yunho y los sentimientos de Jaejoong, hay otras fuerzas en juego, y gente que no está de acuerdo con los nuevos planes y dieta de Yunho. Si Yunho no puede encontrar una manera de salvar su unión, Jaejoong podría convertirse en el almuerzo, después de todo.


Capitulo 1                                 Capitulo 5                        Epilogo

Capitulo 2                                 Capitulo 6

Capitulo 3                                 Capitulo 7

Capitulo 4                                 Capitulo 8